Crítica «La deuda» – 28 Festival de Cine Español de Málaga
DESFIBRILADOR PARA EL PÚBLICO
Comenzamos esta 28 edición con uno de los nombres que siempre han sido importantes cuando ha presentado sus trabajos en nuestra ciudad como es Daniel Guzmán.
Esta mañana hemos podido ver «La deuda», una muestra más de ese universo guzmaniano donde los personajes merecen una segunda oportunidad tras entender sus circunstancias. El protagonista roba un desfilibrador para poder obtener un dinero que necesita para evitar el desahucio de su madre, y a partir de aquí se generan diferentes denunciales sociales que se convierten en tramas que van convergiendo durante buena parte de la película.
Al principio, hay que posicionar y encajar las piezas de ese puzzle variado de historias pero cuando cobran sentido y encajan, el ejercicio dramático para el espectador se vuelve más relajado y entiende el aspecto de las muchas condiciones humanas que se tratan en las relaciones entre todos los actores, especialmente la culpa y la búsqueda de afecto.
Personalmente, siempre alabo que cada artista tenga su sello. Me guste más o menos, lo que más admiro es poder contemplar aspectos que me identifiquen con su manera de contar historias, esto no implica que se produzca un proceso repetitivo, si no que dentro de esa forma que se escoge para transmitir al público, hay tramas diferentes y elementos que pueden sorprender a ese hilo conductor reconocible del director. En este caso, no me ha sucedido. Me resultaba todo muy parecido a «A cambio de nada», pero faltándole esa frescura y eso que Guzmán en rueda de prensa abogaba por esa organicidad en todo el trabajo hecho con los compañeros actores, pero en mi caso ya era una historia que contada de otra manera podía calcular cómo iba a acabar y que su interés derivaba hacia los derroteros que muestra el film. No se le puede reprochar nada de calidad, y que es un guión bien construído pero antes de llegar a la mitad de la película, me desentendía y hacía esfuerzos por seguir ese ritmo, y cerciorarme de las consecuencias de esas deudas que son la raíz del problema que se nos muestra desde el principio. Tiene puntos de humor que desconectan entre Daniel Guzmán y Rosario García, pero no me ha resultado fácil seguir esa evolución de conversaciones que conseguía pillar a trompicones, y que nuevamente este recurso acaba por resultarme repetitivo, siendo un rol entrañable pero que ya se ha usado otras veces en su cine.
El director, productor, guionista y protagonista se mostraba muy ilusionado sentado alrededor de su equipo para presentar la película en nuestra 28 edición del Festival de Cine de Málaga. Hacía hincapié en su necesidad de que no se pierda la identidad de los barrios y el problema de la gentrificación, como marcan todas esas localizaciones de la ciudad de Madrid que podemos descubrir en «La deuda»
Entre otros detalles, Itziar Ituño destacó lo bien que disfrutó del proceso de «La deuda», Susana Abaitua antes de regresar para hacer sus funciones de «Nerum Park» en Madrid expresó con dulzura la luz que representa su personaje, y estar feliz de mostrar a una mujer con fuerza, honesta y que sabe ver las capas que hay detrás de las personas, Luis Tosar no deja de ayudar a su amigo las veces que lo reclame para sus películas y la debutante Rosario García que se mostraba contenta, pero a la vez nerviosa por el estreno de esta noche con el público.
Se puede abarcar mucho y es algo que a Daniel Guzmán le gusta, es un creador sincero que tiene muy claras sus exposiciones sociales y cómo materializarlas en el resultado final. El resultado es honesto, pero personalmente me gustaría encontrarme algo menos predecible, y que en su desarrollo no me resulte tedioso tener que seguir unos círculos que se cierran pero que el tiempo empleado, no me hace que me merezca la pena vivir la experiencia de estar en un sala de cine interiorizando y aprendiendo sobre lo que se me ofrecía.
Deja un comentario