Una realidad ficcionada que no nos resulta tan lejana

El Festival nos muestra la mejor apuesta de estos días para la terna de galardones. Se trata de «La deuda», la ópera prima del director Barney Elliot en la que nos cuenta cómo los distintos poderes financieros controlan nuestras vidas y afectan mucho más de lo que nos pensamos. Un granjero que no quiere vender sus tierras y una enfermera que lucha por conseguir que a su madre la operen, son los dos ejemplos que el realizador nos enseña para que compartamos su dolor y comprobemos hasta dónde puede llegar el ser humano si se decidiera a reaccionar ante esas élites monetarias.

 

Alberto Amman y Barney Elliot
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

Posteriormente a la proyección, en una entrevista más cercana, el director Barney Elliot nos contaba cómo había sido el proceso de la película. «Está claro que fue largo, yo estaba buscando una idea porque quería hacer un largometraje, después de dedicarme mucho al mundo del cortometraje. Un día un amigo me dijo que estaba comprando bonos en Perú y después de una conversación de una hora, estaba seguro que la idea me interesaba para investigar más. El guión fue difícil de escribir hasta que llegué a la residencia de Cannes porque tenía trabajo, pero el llegar aquí cambió todo porque podía sentarme seis meses y dedicarme todos los días a trabajar en el guión y me pagaban. Después de esto, la gente escuchó más que yo tenía un proyecto. Y ya trabajé en el guión hasta que pudimos venderlo». Una idea que refuerza el productor Ibon Comenzana cuando en la rueda de prensa explicaba que la producción comenzó hace tres año en Toronto, donde Barney tenía clara la participación española.

 

Barney Elliot
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

«Todos los personajes de esta película están haciendo algo para ellos y por eso están haciendo daño». Lo vemos en ese granjero que se resiste a que el banco le de el dinero que podía solucionar para siempre su vida si tiene que renunciar a las tierras que han pertenecido a su familia y en esa enfermera que prioriza sobre cualquier decisión el salvar la vida de su madre con una operación. Y como no, el político que se compincha con las entidades financieras para favorecer sus propios intereses y no el de la mayoría que le ha escogido para representarles. ¿Les suena esa historia?

 

Barney Elliot
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

«No quería ser didáctico con La deuda«, aclara Barney Elliot, «pero quería comentar que las empresas se están aprovechando y después de mis investigaciones creía que iba a encontrar algo que demostrara que son estafadores pero no fue el caso, lo que están haciendo es totalmente legal en el mundo». Continúa expresando que «esto sugiere que los gobiernos no están poniendo las reglas porque si las pusieran ellos, cuidarían a su gente, ¿quién pone las reglas? El dinero».

Una de los aspectos más destacados de esta película es el montaje. Va perfectamente de menos a más, presentando cada una de las historias en paralelo y pudiendo seguirlas todas sin problema, buscando los contextos de manera fácil y con un ritmo bueno que permite que quieras estar pendiente de todo lo que sucede. Esa particular forma de ir desarrollándose los acontecimientos de los trabajadores del banco, el granjero y la enfermera lograba, igualmente, que te vayas sorprendiendo con los detalles que se van añadiendo a los problemas personales de los protagonistas. Gran labor de trabajo con los actores peruanos que son altamente convincentes y emocionan con sus interpretaciones.

 

Alberto Amman
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

El personaje de Oliver que interpreta Stephen Dorff, personalmente en uno de los mejores papeles que le he visto, está inspirado en ese amigo que a Barney Elliot que le dió esa idea primigenia para crear la película. Necesitamos una voz cercana que le dijera que no estaba de acuerdo con sus decisiones. La voz del personaje de Alberto Amman, Ricardo, es la del propio director en la que expresa que le quiere pero que no está de acuerdo con lo que está haciendo. El amigo en la vida real le respondía al director que eso pasa todos los días y que si las reglas no le permitieran hacer eso, no lo haría. Y, por cierto, le apoyó en todo el proceso aportando la información que se precisaba. Alberto Amman nos detalla, también en un encuentro posterior, que su personaje lo preparó con Barney buscando sus ojos, cómo él se acercó a esta historia y entendiendo todo ese proceso de la ingenuidad de que lo que es legal está bien hasta que se da cuenta de que no todo lo legal, es moral.

 

Alberto Amman y Carlos Bardem
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

El personaje de Carlos Bardem es un miembro de las Élites Económicas Peruanas que son los cómplices para la gran estafa global, para que los tipos que toman decisiones sobre la vida de los demás desde un despacho en Wall Street, en Londres o en la Castellana de Madrid necesiten siempre a un socio local. Grandes mafias financieras que dominan el mundo y convierten a las personas en apuntes contables. Eso es lo que cuenta la película. Dice Bardem, «cuenta de una manera muy atractiva cómo es todo ese proceso».

 

Barney Elliot
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

Le preguntó al director de «La deuda» por los retos al enfrentarse a su primer largometraje, que si se sorprendía y me responde al instante, «cada día». Y sigue, «básicamente aprendí lo mucho que no conozco, tú haces lo mejor que puedas en el rodaje pero cuando tienes sesenta personas alrededor que tienen que grabar cuatro páginas en un día, hay mucho espacio para el error pero no te das cuenta en ese momento sino en el cuarto de edición, luego tienes que inventar cómo hacer lo que quieres sin tener lo que quieres»

 

Alberto Amman
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

Para Alberto Amman lo más complicado fue el rodaje de esta película. «Mi personaje estaba con una dinámica y una decisión tomada hacia adelante y yo tenía que arrastrar mi cuerpo y a nivel emocional, se me juntaron varias cosas porque lo más fino lo rodé en Nueva York que tenía que dar un discurso ante muchas personas con Stephen Dorff y David Strathairn y claro, eso imponía mucho y fue una dificultad»

Concluye el intérprete argentino que «un mensaje claro de esta película es que el problema es de valores y de un sistema muy claro, si el dinero sigue siendo el valor central, lo vamos a tener muy complicado. El gran reto social es mirar los problemas que tenemos y que no pasa nada con mirarlos, es peor no mirarlos. No es una historia que pasa en Latinoamérica o en África, por desgracia y gracias a la globalización, que yo creo en la diversidad cultural y en la unión de las diferencias, se puede ver que todos estamos en la misma tela». Valorar la realidad tiene un aspecto positivo en lo profunda de las personas y hay esperanza en eso.

Prosigue Amman en su discurso que hace falta un equilibrio entre la responsabilidad de mirarnos de frente y asumir las dificultades que tenemos y el ánimo de estar feliz, contento y divertirse. Y que si no tomamos esa responsabilidad profunda, vamos a seguir siendo borregos llevados de una correa.

 

Carlos Bardem
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

¿Y dónde está la solución? Carlos Bardem da una clave, no mirar hacia arriba a esperar que te solucionen la vida los que nunca te la van a solucionar y empezar a mirar a la altura de nuestros ojos. «Empezar a hablar con los que son como tú y a unirse, unidos somos muchos más y deberíamos poder con ellos». El gran truco de esas élites es convencernos de que las clases sociales son una cosa marxista y anticuada. Hay que recuperar el concepto de clase y entender a la gente que tiene los mismos problemas que tú.

 

A pesar de lo duro, Barney Elliot se lo tomó como un reto y lo consiguió. Tiene pendientes volver a rodar un largometraje de algunas ideas que tiene escritas y también tiene pensado rodar una serie de televisión sobre los conquistadores españoles. Eso sí, lo va a vender a alguna televisión americana para llegar al mercado global y la rodará en inglés. Esperamos que alguno de estos propósitos, tenga buena salida pronto y que tenga esa deuda cumplida con su público. Y que se lleve algún reconocimiento en forma de premio por su gran labor en esta que es su primera película.

 

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