COGE TODO DE MI

Nos tomamos la palabra de los hermanos Corrs en esta frase tan sentida por su vocalista, porque verdaderamente es lo que hemos sentido los afortunados del concierto que hemos podido disfrutar anoche en la cantera de Starlite Marbella. Absorber absolutamente todo de ellos, y vivir una épica irlandesa en la que hemos podido ambientarnos de buen sentimiento tradicional.

Media hora de retraso con respecto a la exquisita puntualidad británica a la que nos tenían acostumbrados, y es que este concierto por primera vez desde que yo asisto a cubrirlos contaba con unos teloneros, en este caso Germen Sisters. Y pasado ese tiempo, Caroline Corr maneja su batería con potencia y ya escuchamos el primer clásico esperado, «Only when I sleep», la canción con la que mi padre me descubrió a estos hermanos irlandesas a los que destrozábamos la letra en el coche, convirtiéndose en nuestra mejor banda sonora de aventuras por la carretera.

The Corrs en Starlite Marbella
The Corrs en Starlite Marbella

Los detonantes que van a marcar el concierto son la presencia del violín, guitarra y percusión. Especialmente el violín en los intermedios de las canciones para marcar ese cambio brutal con el que las canciones de «The Corrs» surgen a lo más alto. Una interpretación muy dedicada e inesperada por mi parte de Andrea Corr, que busca constantemente al público y se muestra libre para bailar alzando brazos o pegando algún salto, que le permite ser más incisiva en la transmisión que quiere hacer de esas letras. Y por último el trabajazo de los coros, que cambia la sensación de esos ritmos, con más armonía y sorpresa en los juegos de voces.

«Give me a reason» es lo próximo reconocible de la banda. De aquí sale el primer «buenas noches». Y comunican lo contentos que están de estar en Starlite Marbella dándonos las gracias a todos por venir. Confiesan haber estado ayer en el concierto de Keane y nos invitan a ser libres durante todo el show. Sharon toca el violín de manera brillante y majestuosa para llegar a «Forgiven, not forgotten» que fue el primer sencillo por el que se dieron a conocer llegando a nuestras biografías musicales.

Andrea aprovecha para presentar «Summer sunshine» para celebrar el buen tiempo de nuestra tierra frente a su lluvia y frío, pero aquí me gana especialmente con la sutileza final de su voz que queda completamente bella. Esos primeros compases nos anticipan «What can I do», donde el público coreamos ese «love me» que tan bien nos sabemos.

Pasamos a la parte del concierto quizá más desconocida, temas que no formarían parte de los CD del público o que han sorprendido a seguidores que conozcan bien la discografía de «The Corrs». Entre ellos, «White light» donde la vocalista marca de nuevo esos brazos arriba e interpreta la mayor parte con sus ojos cerrados, otra rareza es «Don´t say you love me» con unos coros increíbles de sentir, para llegar a «Little Wing» donde celebro esa guitarra elétrica que marca un sentido más rockero a la noche.

Una nueva sorpresa se anticipa con un regalo instrumental para que la batería pase a un instrumento percutivo, Sharon siga al violín y Andrea disfrute con la flauta. El público celebra este instante con palmas. Aprovechan este folclore más tradicional para mostrarnos la canción que habla de «Ellis Island» un lugar para los inmigrantes que llegaban a Estados Unidos en el siglo xx, donde muchos de esos inmigrantes fueron irlandeses. Para rematar tocan otro tema instrumental en la que la fiesta irlandesa va de menos a más, y estamos en una auténtica atmósfera irlandesa de continuo verde.

The Corrs en Starlite Marbella
The Corrs en Starlite Marbella

Y llegó mi momento. La canción esperada. Y sigo escuchándola, sigo escuchando ese «listen to the radio». Y me hace vibrar sintiendo lo que me gusta en todos los poros de mi piel, y haciendo caso a la petición de sentirme libre cantándola, cogiendo absolutamente todo lo que ellos me van entregando en el escenario, me levanto para hacerlo también con brazos arriba. De «Radio» pasamos a «Queen of Hollywood», con un arranque brutal de esa voz precisa y técnica que marca todo el concierto, y en el que me entusiasmo con el conjunto que forma la delicadeza de los coros de Sharon.

A partir de aquí, el ritmo irá a tope con «Dreams» donde el público no cesa de corear y dar palmas, y disfrutamos nuevamente de un equipazo tremendo de bateria y piano, pasando por «So young» con los asistentes prácticamente de pie, mientras los músicos van aumentando también su felicidad, derivando a «I never loved you anyway», con una conexión ya tremenda que desemboca en las dos propinas que nos deleitan antes de culminar el concierto: la preciosa «Runaway» que hace hasta emocionarse a la propia Sharon y el cúlmen de «Breathless».

Durante el evento, en las canciones más reconocibles hemos podido adivinar los videoclips que nos han acompañado en este repertorio que forma parte del ideario de nuestros recuerdos musicales. Un viaje apetecible entre sonidos que despertaron curiosidad artística, historias de nuestra memoria cultural y una unión de culturas que ha funcionado en estos años de carrera hablando de emociones universales con esas composiciones tan personales y únicas.

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