LOS 6 ELEMENTOS: AIRE, AGUA, FUEGO, TIERRA, NOSOTROS Y ZAZ

Escribir sobre tus ídolos resulta complicado. Si lo haces por un descubrimiento, puedes empezar a describir sus matices y lo primero que te llama la atención, pero cuando a una artista la sigues prácticamente desde que inició su carrera musical conoces al detalle sus tics, qué sorpresas le gusta dar durante los conciertos, y como me ocurrió en el concierto del pasado lunes en Starlite necesité en muchos instante no pensar en nada para darlo todo con esas canciones que forman parte de la biografía de mi vida.

Me emociona escribir sobre Zaz porque sabe hablar de las mías propias. Es una artista que tiene la palabra que más me gusta sobre un escenario: energía. La compositora e intérprete es energía pura contagiadora y generosa. Ara Malikian es mi bálsamo de la felicidad, Rozalén escribe exactamente sobre lo que siento y Zaz saca mis nervios en adrenalina pura. Y no es para nada algo negativo. Ella me ha hecho comprender que mi esencia no está definida por la sociedad, si no que lo está por mi misma. Me ha enseñado a quererme con todas mis imperfecciones, y a comprender que precisamente no son imperfecciones. Es la artista más libre que conozco encima de un escenario, y todos sus valores dan sentido a lo que ansío que la cultura provoque en mi.

Su gira que le ha hecho recorrer muchos enclaves de la geografía española se llama «Organique Tour» y precisamente esa conexión con todos los elementos de nuestra vida es lo que vislumbramos en el escenario. Contemplamos muchos instrumentos para toda la amalgama de jazz, rock y pop que componen todas sus canciones, y que vemos ejecutar en músicos absolutamente brillantes, además de la decoración de un árbol, una pecera y diversos candiles que la presiden a ella, Zaz, que aparece desde el público con su vestido negro que tiene brillos pero no la resplandece como su rostro eternamente sonriente que no dejará de iluminarse hasta finalizar la noche.

Al ritmo de «¿vosotros como estáis?, ¡vamos a bailar, fiesta! disfrutamos de «Imagine», el primer single con el que conocimos su último disco, «Isa». Los que la conocemos, ya nos familiarizamos con esos saltitos con el micro, ese movimiento de hombro que acompaña a una mano que no para de girar y esos gritos afinados de alegría que emana esta fantástica canción. También percibimos esos primeros pitos que hace con su garganta, sin haber llegado aún al famoso «Je veux».

Algo que se va a ser una tónica general en todo el show es la complicidad absoluta con el público al que le va a requerir sus aplausos y coros constantemente, y todos más que entregados a poder darle esa respuesta en todos los temas. Tiene, además, la capacidad de cantarte las baladas más emocionantes hasta con el rostro más resplandeciente y feliz. Es un valor único el que tiene esta artista.

Se pone sus gafas para leer un texto en español muy profundo en el que nos da las gracias por el recibimiento, y que quiere celebrar en esta gira los 5 elementos: agua, fuego, tierra, aire y nosotros. Continúa diciendo que le gustan los actos simbólicos que hacen visible, lo invisible y suenan los primeros acordes de la bella «Si jamais, j´oublie». La percusión y el piano son increíbles en esta canción. Y siento uno de los aspectos que más me gustan de Zaz que es cuando canta hablado hacia el final del tema.

Llegamos a la primera sorpresa en español, «Que vendrá» donde suena con potencia la guitarra española y el contrabajo. El juego de luces va a ser la atmósfera ideal para cada una de las interpretaciones de la intérprete francesa, más aún cuando pasamos a las canciones más jazzeras en el que disfrutamos con «Les passants», «Comme çi, comme ça», donde ella no se resiste a tocar los platos de la batería, y «Laissez-moi» en la que me vuelvo loca disfrutando de su voz canallesca.

Le perdono en esta ocasión que no me cantara una de mis favoritas que es «Oublie Loulou». Y lo hago porque canta la que es esencial en mi vida desde que la escuché por primera vez en «Effet Miroir». Cuando descubrí a esta cantante tenía mi devoción inicial, pero a medida que ha ido sacando más discos y especialmente escuchándosela en directo en Barcelona en el Festival de Pedralbes en el año 2018, mi debilidad es «On s´en remet jamais». De hecho no os puedo detallar más porque solté mis apuntes para dejarme llevar como lo hago en mi casa tantas veces salvándome de esas oscuridades que tratan de hacer todo invisible. Momentazo para mi que me quedo para mi alma.

Constanto que Zaz es de las compositoras que mejor habla sobre el amor, y en «La fée» me cercioro que canta precioso cuando cierra los ojos y saborea todas las palabras de sus letras. Siento además sus respiración de una forma palpable, y que me denota que ella es puro sentimiento interpretando y entregándolo todo a su público en un juego de piano y voz increíbles.

La luz central preside a la protagonista de la noche para cantar «Tout là-haut», y a continuación nos pregunta si nos gustan las historias y como ellas las adora nos regala «Dans ma rue» solo a piano para posteriormente irse incorporando los demás músicos en un cambio brutal de ritmo y ofreciéndonos una de sus mejores interpretaciones.

Para muchos que no son habituales de sus conciertos fue toda una sorpresa conocer que la madre de Zaz es profesora de castellano y que en un verano en Ávila le enseñara a cantar «Clavelitos» y que tuna le enseñara a tocar la pandereta con su cuerpo, y nos lo demuestra en la cantera de Starlite Marbella siguiendo la letra con sus maravillosas gafas. Yo debo decir que ya había oído esa versión, por ejemplo el año pasado cuando fui a verla a Zaragoza. Turno enseguida para el último single lanzado por la estrella de la noche, «Serendipia» en el que escuchamos efectos alucinantes de sonido y que Zaz comienza con pie de micro para luego no aguantar y llevárselo dándolo todo al ritmo de este tema tan dinámico.

Llegando peligrosamente al final también aparecen las canciones más esperadas. Una de las baladas más favoritas del público como es «Eblouie par la nuit», levanta al público con fuerza para escuchar «On irá», presenta a los músicos a ritmo de su canción más conocida, «Je veux» y al hacer el momento «propinas» vuelve al escenario para presentar ahora a todo el equipo, escuchar un solo de guitarra acústica que para los conocedores de sus shows ya sabemos que viene «La vie en rose» con ella comenzando sentada enfrente del guitarra, y acabar de pie dando las gracias a todos.

Escribo desde el amor absoluto que ella profesa con su trabajo. Y considero que junto con el agua, el fuego, la tierra, el aire y nosotros, ella también es un elemento fundamental de mi vida. Gracias Starlite por dejármelo expresar con mis palabras, y no solo con mi energía desde el patio de butacas.

¡Compártelo!
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter