UNA COMEDIA FRENÉTICA DE HUMOR SIN LÍMITES

thumbnail_IMG-20210120-WA0003Disfrutamos de «La herencia de los Miller» en su segundo día después de su estreno mundial y universal en el Centro Cultural Maynake. Carlos Zamarriego mete la mano en la escritura del contexto laboral, un tema muy recurrente en su trayectoria pero que logra agudizar el humor en diferentes estilos para que el resultado sea una función con una dinámica frenética que se disfruta mucho en escena, y que produce una reacción de sentir que se te ha hecho corta la obra, y que tienes esas ganas de más por haber pasado un rato divertido de los que hacen falta para desconectar del mundanal ruido.

Conocemos a Laura Miller, la heredera de una empresa importante que precisa como manda la economía del momento de realizar los recortes necesarios o contratos flexibles al servicio de su propio interés para poder seguir manteniendo adelante el negocio familiar. A partir de esta premisa, se van a encontrar secretos y misterio pero más que nada lo que prevalece es el humor. Y se reirán en diferentes capas gracias al buen trabajo de Ángel Velasco, Stéphanie Magnin Bella y Jesús Carrillo. Se saben reír de si mismos y llevar sus personajes al extremo. Se encontrarán humor absurdo, gestual, clown y lo que más me ha sorprendido que es una agilidad con muchos toques sarcásticos, de los que me ha sido imposible rescatar todos, pero que te esbozan esa sonrisa de «me estoy riendo de algo que si lo reflexiono, no podría hacerlo en mi vida cotidiana». Pero aquí está el buen alma del teatro, que te permite esa posibilidad y que hace que funcione esta comedia quedándote con muchos de los gags y golpes que se transmiten, y en general esa sensación de saber que por mucha ficción tengamos delante, hay mucha verdad de la que analizar en cómo abordamos nuestro mundo laboral actual.

Y el otro tema importante es el límite de lo que podemos hacer comedia. Van a encontrar mucho subtexto y con claros homenajes al maestro Billy Wilder, del que el dramaturgo y director es gran conocedor y entusiasta. Él tenía esa gran habilidad de crear grandes historias en las que marcaba las diferencias con la ética personal, emocional, la religión o la política, y en este caso lo que se reproduce también es poder hacer una mezcla donde todo conserva ese aire de locura, pero que en su contenido podemos descubrir una profundidad de las que nos debe hacer pensar sobre nuestro mundo de alrededor, y cómo seguimos dándole forma con los mismos errores de toda la historia.

Lo importante de «La herencia de los Miller» que podéis ver todos los sábados y domingos del mes de enero a las 12:00 en el Centro Cultural Maynake es seguir una de las grandes premisas, precisamente del genio Billy Wilder, que es que «si el guión logra que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el guión ha alcanzado su objetivo». Y en este contrato con el público, está todo firmado y controlado para que así suceda.

¡Compártelo!
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter