Crítica «La verdadera historia del Ratoncito Pérez» – La Fábrica de los Cuentos
CUANDO LO ARTESANAL SE CONVIERTE EN UN IMPRESCINDIBLE PARA LA FAMILIA
En un infantil hay diferentes características por las que denotas que se ha hecho una gran labor detrás de divertimento y aprendizaje, e igualmente que los profesionales de la compañía atesoran una gran experiencia que les hace aún seguir siendo niños, y a la vez les logran hacer madurar de la mejor manera que uno crece aprendiendo que es con el teatro. Me lo paso fenomenal con toda mi familia, y a la vez quiero contarles todo lo que he visto, cantando y pensado durante toda la función, esa sensación es increíble y se logra gracias al ingenio de Laura Vil y Jose Vera con «La verdadera historia del Ratoncito Pérez» y su compañía «La Fábrica de los Cuentos».
¿Cómo lograr que todo este conjunto pueda funcionar en un espectáculo teatral infantil?. Busco una historia conocida y mediante las técnicas de manipulación de marionetas y su dilatada trayectoria como profesionales del arte, creo un texto, unas canciones y un puesta en escena que atraiga absolutamente a todo lo que le interesa a los niños. Y a los mayores también.
Conocemos a Fito, un ratón que puede representar todos nuestros miedos de pequeños. Es tierno, se contradice y encima es gracioso. No hubo un solo instante en que los peques que se albergaron en esta función que tuve la suerte de estar en «La Cochera Cabaret» dejaran de reír y participar en todo lo que iba aconteciendo en el futuro de este roedor que tiene que acometer su destino de convertirse en el «Ratón Pérez».
A partir de aquí, la imaginación logra volar gracias a la artesanía de los murales que utilizan en el escenario, que son auténticos cuadros maravillosos donde los espectadores se quedan fascinados. Los de todas las edades. Y a partir de aquí se intercalan los diálogos de Jose y Laura, y vamos conociendo a todos los demás personajes, el tierno abuelo, la divertida Loreto, el antagonista Nelson y muchas más sorpresas que todo el público no cesa de sentir desde que comienza la obra.
Cada uno de estos personajes está perfectamente representado en el rol que la intencionalidad de la obra pretende buscar, y la habilidad como manipuladores de Laura Vil y Jose Vera permiten que todo lo que vaya desarrollándose en el escenario parezca absolutamente real. Hasta en los más mínimos detalles como en la parte oral donde los más pequeños reconocen su jerga, y los movimientos tan diferentes que son capaces de adoptar las marionetas. Ni que decir tiene que los que lo mejor se divierten son los propios actores, y eso es absolutamente clave para el disfrute continúo de los niños. Lo transmiten de maravilla.
En esa trama tan reconocible de haber querido ser superhéroes, el público pasa por todas las etapas, una misión que sabe que el protagonista tiene que realizar y hay que estar pendientes, y mientras nos dejamos llevar por esa aventura tenemos las escenas y circunstancias cotidianas que todos sabemos ambientar en nuestro día a día, voy aprendiendo por esa integración de los mensajes y a la vez no paro de disfrutar con las canciones y las peripecias por las que pasan.
Qué mejor que de manera tan libre uno se deje llevar, y salga de un espectáculo familiar como «La verdaera historia del Ratoncito Pérez» pensando en todos los aspectos en conjunto que hagan de esta odisea teatral, una vivencia imprescindible de compartir en familia. Las reflexiones que fui escuchando a la salida de la función eran sobre actuar de manera bondadosa para que salga todo mejor o saber a ciencia cierta que siempre va a haber alguien que te quiera ayudar. Encontrar en el teatro la mejor manera de facilitar esta experiencia les aseguro que es una tarea heroica como la que «La Fábrica de los Cuentos» logra con su propuesta. Así que no se pierdan la oportunidad de que se sientan los héroes del momento con los poderes de la artesanía, el cariño, el humor y la sabiduría.
Deja un comentario