Crónica «Tom Jones» – Starlite Marbella
LEAVE YOUR HAT ON, BABY
23 años hace desde que acudí a ver a Tom Jones al Palacio de los Deportes Martín Carpena de Málaga. No había tenido la oportunidad de comprobar que aquella voz impresionante que me sorprendió, y con la que el artista jugaba a su antojo para sorprender en cada canción, sigue intacta tantos años después, con achaques y pelo gris pero con una energía y unas versiones musicales tan inteligentes que cercioran que la calidad musical del «Tigre de Gales» no ha bajado nunca, y se sigue reinventando.
Puntualidad exquisita para aparecer con gran ovación del público, pantalón gris y camisa floreada. Toma posición en el escenario, y no la variará en todo el concierto simplemente manteniéndose sentado o poniéndose de pie. Analizándolo con el contexto de todo lo vivido anoche en Starlite, se entiende que no es necesario emplear una energía en esas míticas canciones, si no que precisa más bien de un cuidado en la ejecución de las armonías y una interpretación atractiva, que explica a la perfección cada una de las canciones.
El concierto empieza con la sugerente «I´m growing old», de poderosa actualidad que muestra su propio espejo que nos va a reflejar en todo el espectáculo. Una declaración de intenciones que continúa con «Not dark yet», intuyendo su voz añeja que mantiene mucho cuerpo. Ambos temas empiezan con guitarras, batería y órgano que van a ser los culpables de esos arranques arrrebatadores que nos hacen ir siguiendo progresivamente cada uno de los temas. El cantante no va a cambiar de sitio pero sí que percibimos esos movimientos de las manos al compas de la música.
Nos pregunta al público si estamos bien garantizando que vamos a pasar un buen rato con el show, y suenan los primeros acordes de la preciosa versión de «It´s not inusual», recordando que fue el primer gran éxito de su carrera y alabando la labor de Gary Wallis como su director musical. Aquí denoto lo impresionante que queda el acordeón en esta letra mítica, al igual que escuchamos el primer grito impactante del tigre en ese desenlace de la canción.
A medida que pasa el tiempo, me percato que en Tom Jones es habitual que acentúa con su voz determinadas palabras que incrementa el significado con sus gestos faciales: esos grandes ojos y la sonrisa seductora. Y viajamos a la canción creada para la película de Woody Allen, «What´s new pussycat» donde marca ese estilo de crooner clásico que hace motivar al público para no parar de bailar en el asiento. De aquí pasamos a «The windmills of your mind», que ha sido regrabada consiguiendo llegar a lo más alto en las listas musicales británicas, y que impresiona por la conexión entre el piano y la batería.
Mi parte adolescente que en alguna ocasión pisó una discoteca celebró la nueva presentación de «Sexbomb», primero moderado para pasar, de repente, a un ritmo más dinámico. Y en este instante es cuando el protagonista de la noche empieza a cerrar más los ojos en sus interpretaciones. Promete hacer todas las canciones que pueda, y en esta ocasión escoge una sorpresa novedosa para mi que se llama «Pop Star», y que está escrita por Cat Stevens, y se nota muchísimo esa influencia cuando encaja todo a la perfección con exquisito cuidado en las armonías.
Cuenta que en 1965 estuvo en Nueva York y que compró lo último de Jerry Lee Lewis en una tienda de discos, y logró entusiasmarle tanto que cuando llegó a Londres quiso grabar «Green grass», al sonar las primeras notas la gente se entrega a cantarla, ya que es uno de los temas más queridos por el público. Por cierto que delicia escucharla casi a capella con esa sutilidad del órgano y la batería. Y why not? con incluir una canción de Bob Dylan que resultó ser «One cup of coffee» con una final de los que impresionan con su voz.
Los videomappins se van sucediendo a lo largo del recorrido musical de Tom Jones, unos más acertados que otros pero impactan a primera vista, para luego jugar a que tenga sentido en el repertorio del artista galés. Turno para «Across the borderline», y ya a estas alturas del concierto, me doy cuenta que en esta propuesta no se ofrece a que los músicos hagan solos más espaciados y tranquilos, pero en este caso, tienen ese momento y esa oportunidad, pero en cuanto el artista arranca y los músicos siguen la melodía estipulada, recuperan la postura sin salirse de ese guión que se cumple a rajatabla.
Uno de los regalos musicales que no esperaba fue la canción «Talking reality blues» donde no cantó ni una estrofa ni verso, si no que iba narrando las vicisitudes de lo que señala que sucedía en la pequeña pantalla que no difiere mucho de lo que pasa actualmente. Por cierto en el videomapping se le dibuja un perfil más que interesante a nuestro protagonista de la noche, y vaya solos de guitarra para concluir el relato musical. De aquí proseguimos a «I won´t crumble with you if you fall», que tiene un comienzo a semi capella al piano que pone los vellos de punta, y tenemos una visual muy espectacular gracias al buen juego de luces en este tema. Hay un gesto de Tom Jones que también me asombra y es cómo interpreta que le está dando la mano en la letra de la canción, es solo un instante pero le queda realmente bella esta melodía.
«Nació con el don de una voz de oro», así lo narra en «Tower of song» al igual que habla sobre su pelo gris en esta balada donde habla muy sinceramente de su propia vida, descubrimos un genial intermedio de guitarras y piano esperando al sobrecogedor final con la voz de Tom Jones que nunca defrauda. El bajo marca la siguiente canción, con movimiento incluido de nuestro artista que recibe el cariño y los coros del público en «Delilah». Como no, con su final espectacular y esa sonrisa feliz que ya empieza a no disiparse en él.
Otra canción desconocida para mi que, además, ofrece una actuación por parte del batería sorprendente es «Lazarus man». Es meramente atractivo cuando prácticamente lleva todo el tema con los ojos cerrados, y decide abrirlos al pronunciar «and I open my eyes», señalando con el dedo de la mano y dejándose llevar por ese rever que marca esta canción.
Y de aquí solo vamos subiendo de nivel con el primer «¿are you ready? Oh Yeah», que nos lleva a «You can leave your hat on», produciéndose unos coros que hacen de esta canción tan sexy en una atmósfera aún más sugerente, el segundo «¿are you still ready? Oh yeah» nos desemboca en «If i only knew» que disfruta muchísimo en el escenario y antes de llegar a las propinas suena ese comienzo de «Kiss», y me encanta que en la parte final, Tom Jones nos diga al público que vamos dirigiendo al mundo.
En las propinas suena «Lady lay down», el rock and roll, boogie y bluses de «Strange things happening everyday» dándome cuenta de esa bandera de Gales que ondea por el público y rematando la noche con «Johnny B Goode» en el que el cantante recuerda que fue a ver a Chuck Berry a Las Vegas junto a Elvis Presley, y que éste le decía que el auténtico rey del rock and roll era Chuck Berry.
Tom Jones antes de salir del escenario presenta a toda su banda explicando que le han acompañado toda la vida, y que desea regresar pronto con ellos. Esperamos que así sea. En una de sus canciones nos dice que es muy tarde para cambiar nuestra mente, así que con respecto a valorar a grandes genios de la música pues es obvio e indiscutible que con esa voz de oro inigualable, nuestro pensamiento se queda fijo para seguir soñando.
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