Crítica «El hombre bueno» – 27 Festival de Cine Español de Málaga
UN HOMBRE BUENO SIN PRESUPUESTO
Es raro haber vivido un momento surrealista con David Trueba dentro del Festival de Cine. Es como mi garantía dentro del certamen con historias que me han interesado, y que su cine siempre me provoca conocer más aspectos que me ayudan en mi vida cotidiana, o a aprender incluso de las cosas que estoy viviendo en mi generación de los 40.
Pero en «El hombre bueno» creo que se ha equivocado y no se puede amparar en el bajo presupuesto. La historia parte de una anécdota real que le cuenta un amigo que ha tenido que hacer de esa figura de «hombre bueno» para intermediar en la separación de una pareja, y que se pueda llevar a un pacto fuera de los tribunales y sin generar un mal rollo. Al ponerlo en el contexto de estos actores, no había naturalidad ni veracidad ninguna en sus diálogos y réplicas, y además el planteamiento en las escenas es de un plano y contraplano muy pobre que no permite una riqueza para engancharte a la trama, ni tampoco sorprenderse con la evolución de la trama. Siendo de las historias de menos duración del Festival, es de los films que se me ha hecho más larga y deseando que se acabara, y sin importarme cómo iba a pasar. Igual fue poco dos semanas de rodaje para toda la parafernalia que se tenía que haber elaborado más.
En rueda de prensa hemos comprendido más incógnitas de este estreno de David Trueba, entre ellas que se ha realizado por el mero deseo del director de volver a trabajar con Jorge Sanz, cosa que el intérprete le ha agradecido reflexionando que siempre ha encontrado un momento vital para darle oxígeno. Y que en el caso de Vito Sanz vivía un proceso personal tan complicado que este proyecto le salvó un poco y le dio energía. Eso sí que es lo positivo que podemos concluir de esta experiencia, que haya creadores que puedan ofrecer trabajos con amor y amistad.
Me hubiera gustado ver, en resumen, a un Buster Keaton que no se reía para hacer reír a los demás, pero este hombre bueno no llega ni a reír ni a hacer reír al público. Como me gusta ser positiva, estaremos expectantes a reírnos o no, en el próximo estreno teatral que el 24 de abril traen Vito Sanz y David Trueba de la mano, y esperemos que sea mejor que dos hombres buenos.
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