EL CINE VACÍO

El título del film, “Un hípster en la España vacía” es lógico que llame poderosamente la atención, pero detrás de ello lo que nos encontramos es una sátira hacia esos giros actuales que estamos teniendo en materia política que enfrentan a los lógicos cambios de la evolución de la vida frente a las tradiciones.

Emilio Martínez Lázaro elabora una historia en la que no juzga. Presenta las diferentes idiosincrasias, desde el tono exagerado de la comedia que le permite jugar con los diferentes personajes variopintos para lograr el resultado esperado, pero no hay ganadores y perdedores, si no personas que aprenden y ejercen esa sinergia que les hace aún mejores.

Quique pertenece a esas nuevas generaciones de un bando político extremo cuyo partido el envía a Cañada del Infante, aunque en realidad está rodada en Fuentespalda en Teruel, para implantar ese aprendizaje en forma de cursos y talleres, y que los habitantes conozcan toda esta terminología para definir muchos conceptos que hasta ahora no eran importantes en temas de sexualidad, de identidad de género o cambio climático.

A lo que se presta en la película es a poner en solfa de manera muy irónica a todas las posiciones tradicionalistas y más modernas. Buscar ese espejo en el que nos hemos radicalizado sin darnos cuenta, o ver reflejado en personas cercanas esos ítems, que manejados mediante la batuta de Emilio Martínez Lázaro logra ese alcance cómico que se alcanza con sus historias.

Lalo Tenorio pretende ser ese nuevo Dani Rovira, aunque con una vis no tan trabajada, pero sí mostrando a ese inocentón que se envalentona para conseguir lo que quiere, así que ese perfil no se va  desquitar en este tipo de películas. Los demás personajes juegan a favor de este protagonista pero, sin duda, me quedo con esos actorazos como son Miguel Rellán, Manuel Manquiña y Tito Valverde que son los valores que me han hecho que no me quede vacía de humor y sentimiento ante “Un hípster de la España vacía”.

En rueda de prensa, el propio director nos comentaba la elección de este pueblo de Teruel por no ser tan bonito pero que, a la vez, estéticamente no quedara mal. Y que había creado una película sobre los excesos mostrando a unos personajes vivos en la pantalla para que el público se los crea, y que cada uno saque sus propias conclusiones.

La fórmula seguramente volverá a funcionar pero me hubiera gustado la sorpresa de nuevos ingredientes, y no quedarme con un vacío en el estómago.

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