UNO MISMO, ÉSE ES EL GRAN ASUNTO DEL VIAJE

Nuestra inauguración de este edición del Festival de cine de Málaga ha sido el regalo de volver a comprobar que Pau Durà es de los mejores realizadores a la hora de plasmar la evolución de los seres humanos.

Su cine está consiguiendo tener sus píldoras. Una personalidad y unos detalles que van configurando una manera única de plasmar lo que quiere decir y expresar en sus historias.

En “Pájaros” conocemos a Colombo y Mario. El personaje de Javier Gutiérrez refleja a esas personas que dejan las cosas a la mitad, y que huyen cuando la evolución de lo que sucede no sigue el camino que uno espera. Y también se plasma durante toda la road trip, con 8 lenguas diferentes que se hablan en la película, esas irresponsabilidades que siempre tenemos que gestionar, pero que nos da pánico enfrentarnos. Y en el caso de Luis Zahera es una pura incógnita cargada de remordimiento por solventar una situación trágica y desesperada, un tipo que intenta rebobinar ingenuamente su vida. Ambos se necesitan, son esas alas mutuas que les puede hacer alzar ese vuelo, y en ese tránsito nosotros recorremos esas mismas emociones ambientadas por una música excelente, que está convirtiéndose en un toque de calidad ya demostrado en anteriores películas.

Si lo trasladamos a nuestra cotidianeidad es como cuando necesitamos alejarnos del problema para ver la solución, pudiendo así poner luz a esas sombras que nos atormentan, cosa que logran ambos intérpretes con sus personajes perdedores, antihéroes, frágiles, pícaros y mentirosos.

Y los momentazos más cómicos de “Pájaros” también ejemplifican esa sonrisa cómplice, que surge de una carcajada mayor pero que pasa enseguida a un plano más pensativo en el que colocamos nuestros sentimientos a lo que el film nos hace querer aprender. No es un desahogo de carcajada pero si una manera natural de hacer humor, y que sirva como explicación de la vida dejándote un poso de reconocimiento de esos valores que expresan los actores a través de un gag extremo pero que se presta a lo que se necesita comunicar.

En rueda de prensa vemos aparecer a un Pau Durà feliz y emocionado de que el público vaya a descubrir su tercera película, que también presenta en Málaga como ya se va convirtiendo en un clásico. Incita a atrapar al espectador con melancolía y ternura y que tenga una mirada cariñosa y empática, términos que se asemejan a los que utiliza Luis Zahera cada vez que interviene para hablar de su personaje o el poso que deja “Pájaros” como cine entrañable. Javier Gutiérrez habla , sin embargo, desde su experiencia que cuando se parte de la generosidad y la honestidad, el trabajo es mucho más fácil, especialmente en estas propuestas con un interesante tono vitalista.

Se dice en la película que “las aves no son de ninguna parte”, como tampoco lo es la calidad del cine español que en este Festival se sigue destacando como un valor universal que pertenece a tantos creadores interesantes como es el caso de Pau Durà. Deseando descubrir el próximo vuelo en el que hacer ese ritual maravilloso de ir al cine.

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