LA BUENA LITERATURA ES UNA CONVERSACIÓN

Lorenzo Silva durante nuestra entrevista. Fotografía de Víctor Almazán
Lorenzo Manuel Silva durante nuestra entrevista. Fotografía de Víctor Almazán

José Aranguren Roldán. Un nombre casual que es vida importante de nuestra historia. Un nombre y apellidos que tenía que ser un personaje de un libro de Lorenzo Silva, o más bien, Lorenzo Manuel Silva. Muchas ramas que se van uniendo en el árbol genealógico de uno de los escritores que más sabe transmitir estos legados que tienen que conocerse y, además, es uno de los autores que enmarca más respeto a la hora de poner adecuadamente los datos, para el análisis posterior del lector que lo desee. Esos nombres que parecían desconectados, han sido parte de la vida de Lorenzo Manuel Silva y todo lo descubrirán en su último título, «Recordarán su nombre»

P: Los fans de Bevilacqua y Chamorro, ya conocíamos la figura de José Aranguren Roldán que aparece en tu novela «La marca del meridiano», pero posteriormente se han producido muchos acontecimientos que te han hecho crear este libro, «Recordarán tu nombre»

Lorenzo Silva: Quería trasladarle a alguien lo que supone que tú estés trabajando en un libro y en un personaje y, un día abres tu correo y, un señor te dice: «no te lo vas a creer pero me llamo Lorenzo como tú, nací en el 66 como tú, soy abogado como tú y soy bisnieto de José Aranguren». Yo, en ese momento, estaba planteándome ya y vislumbraba el momento en el que tenía que meterme a saco con este libro. Estaba pensando, entre otras cosas, que tenía que empezar a hacer las gestiones para ver si podía llegar a la familia de este hombre. Y pensando en esto, la familia de este hombre entra en mi vida. Es alucinante.

P: Y para más casualidades, te metes de lleno en la vida de este personaje y te da pie igualmente a hablar de tus propios abuelos

Lorenzo Silva: Yo tenía que explicarle al lector porqué esta historia me interesaba más allá de un episodio histórico, de una historia que pone en cuestión muchos estereotipos e ideas preconcebidas sobre el ejército, la Guardia Civil y la Guerra Civil y de un personaje histórico desconocido. Más allá de todo eso que ya es un material muy interesante, a mí me interesaba porque la primera vez que vi una foto de José Aranguren, me parecía estar viendo a mi abuelo Manuel. Y descubrí que mi abuelo Manuel había estado a las órdenes de Aranguren, el 14 de abril de 1931, cuando uno era jefe superior de policía y mi abuelo era guarda de seguridad en el edificio de la Puerta del Sol, cuando la gente proclamó allí la República. Mi abuelo estaba cumpliendo las órdenes de Aranguren que era no enfrentarse con la gente.

Presentación de "Recordarán tu nombre" en el fórum de Fnac Málaga. Fotografía de Víctor Almazán.
Presentación de «Recordarán tu nombre» en el fórum de Fnac Málaga. Fotografía de Víctor Almazán.

P: Ante todas esas circunstancias, el libro saldría sólo

Lorenzo Silva: Yo tenía la historia muy clara pero también intuí rápidamente que había unas zonas donde tenía que meterme a fondo, por ejemplo, la experiencia marroquí de Aranguren. Que es lo que le hace ser semejante a los hombres a los que se opone y hace que su lealtad a la república, tenga un valor especial. Curiosamente, Aranguren está en Marruecos en la parte menos conocida de la Guerra de Marruecos, desde los años 1925 hasta 1927. Es una guerra, además en buena medida, que transcurre al margen de la opinión pública española porque se hace, fundamentalmente, con mercenarios marroquíes y una guerra cuyo final he descubierto, profundizando en ella para escribir el libro. Es la parte más salvaje de la guerra de Marruecos. No es una parte que vive Aranguren, es una parte que vive Mola, Goded o Pozas, que son personajes de esta historia y, sin embargo, es una parte que ya no vive Franco porque en cuanto le dan el fajín de general en 1925, se quita de en medio porque aquello es muy peligroso.

P: ¿Cómo se logra escribir con emoción?

Lorenzo Silva: Tienes que sentir. Y, en este caso, yo lo tenía fácil para sentirlo. A mí la peripecia de este hombre, que es un hombre digno y de honor, que se atiene a su palabra y a su código de conducta y que el premio es que lo fusilan como a un perro, sentado en una silla sin poder tenerse en pie porque ha sufrido un accidente, poco antes, que le ha dejado secuelas y lesiones, y que todo el premio que recibe sea eso, después de un simulacro de juicio que es una pantomima para encubrir un asesinato, ese maltrato de la historia hacia un individuo. Yo lo conocí en buena medida, a través de mi abuelo, a quién no fusilaron pero sí que le arruinaron absolutamente la vida por hacer exactamente lo mismo que a Aranguren, atenerse a su compromiso y a lo que él creía que era su deber. La emoción que transmite esta historia, yo la he visto en los ojos de mi abuelo cuando me contaba cómo lo echaron de la policía y lo que fue la vida para él cuando le echaron de la policía.

Lorenzo Manuel Silva durante nuestra entrevista. Fotografía de Victor Almazán
Lorenzo Manuel Silva durante nuestra entrevista. Fotografía de Victor Almazán

P: Es un tipo de narración muy cercana la que utilizas, cómo si tu abuelo te la contara a tí y tú a nosotros

Lorenzo Silva: La literatura no es algo muy diferente de la vida. Al final, el resultado tiene que intentar conectar con lo que es contarnos una historia. Voy últimamente incluso más allá de la historia. La buena literatura es una conversación. En todo el sentido de la palabra. Para mí una conversación es un intercambio al que tú acudes con ganas de recibir y con ganas de aportar. El buen lector acude al libro con ganas de poner al servicio de esa historia su sensibilidad, su experiencia y sus emociones, y el escritor también acude a la conversación con ganas de poner todo lo que tiene y de dejarle espacio al lector, además, para que haga su aportación. Por eso yo hablo de conversación que para mí es muy diferente de otro tipo de interlocución que está ahora de moda. Lo peor es la tertulia, que encima es una palabra noble que no sé porqué hemos desviado a esos intercambios absurdos de personas que quieren quedar todas encima de la otra sin escucharse nunca, y que no tienen ningún interés. La verdadera literatura acontece realmente cuando el escritor no quiere quedar por encima del lector y, cuando el lector no acude a ver cómo destripa o cómo descalifica al escritor, sino con la predisposición de dejarse embaucar o implicar en la historia.

P: En «Recordarán tu nombre», expones tu opinión sobre la República y de una forma clara

Lorenzo Silva: Mola tenía las armas y quería ser implacable a la hora de usarlas porque eso les daría el poder. Y eso desplazará esto que nos molesta porque, además, realmente cuando entras en la biografía de todos ellos, por ejemplo en la de Aranguren, pasan muchas cosas. Cuando Aranguren es el jefe de policía en Madrid, su jefe es Mola que es director general de seguridad. Entonces, se confrontan dos maneras de entender el servicio público y de hasta entender la seguridad. Mola y la gente de su perfil, poco menos que se sentían dueños de las esencias de este país. Como además, se quedaron fuera de juego y no prosperaron, estaban resentidos cuando era una República en la que ellos no prosperaban, no ascendían y no tenían el recorrido que ellos se creían merecer. Por eso se sublevaron. Por razones personales. La República suprimió el cargo de teniente general y todos ellos querían serlo. Como dice, en algún momento Azaña, «un teniente general era poco menos que un archiduque o que un arzobispo» y eso era lo que querían ser. La República les jodió el invento y el juguete.

Lorenzo Manuel Silva durante nuestra entrevista. Fotografía de Víctor Almazán
Lorenzo Manuel Silva durante nuestra entrevista. Fotografía de Víctor Almazán

P: Sigo pensando en el riesgo que corres hablando de un tema como éste que parece que no se puede tocar sino te posicionas en un bando

Lorenzo Silva: Soy incapaz de respaldar ninguna de las dos mitologías sobre la Guerra Civil. Ni la mitología nacionalista ni la revolucionaria. Yo digo lo que creo que tengo que decir. Lo que creo que es la verdad y señalo donde me parece que hay barbarie, quienes son los bárbaros. Y señalo cuando creo que hay una víctima indebida o que sufre la injusticia atroz. Esto que dicen algunos de que no hay que recordar o que es de mal gusto, que lo apliquen a los libros que quieran escribir, a mí déjenme escribir lo que yo quiera. Vivimos en un país libre y recordaré lo que me de la gana, contaré lo que me de la gana y cómo me de la gana. Lo considere usted oportuno o no. Hay veces que me dicen, «¿y usted por qué cuenta esto ahora?». Porque me da la gana. O me dicen, «¿por qué no cuenta usted la historia de los marinos de los que arrojaron en los barcos en Cartagena?», historia verdadera y yo, por cierto, en este libro recojo varias historias de los excesos cometidos por gente que decía luchar por la República, y yo les contesto, «escríbalo usted». Yo escribiré lo que yo quiera.

P: ¿Por qué haces esas aclaraciones al principio del libro sobre la realidad y la ficción?

Lorenzo Silva: Ficción aquí hay muy poca. La nota que va al principio es más bien para decir que no me he inventado nada. Que no me haya inventado nada, no quiere decir que todo esto sea la verdad. Yo lo que voy a hacer en cada momento es decirle de dónde estoy sacando cada cosa y, al final, todo esto lo está ensamblando un narrador. En el cuento siempre hay una dosis, aunque yo no invente nada, de construcción del discurso. Por tanto, esto no es un libro de historia, esto es un cuento hecho con elementos reales que, muchas veces, son testimonios. Y los testimonios pueden ser verdaderos o falsos. Cuando tu ves el sumario del Consejo de Guerra por el que condenan a muerte a Aranguren, está lleno de testimonios. Son documentos de un procedimiento judicial y son mentira la mayoría de ellos, incluso hay testimonios de gente que no estaba en Barcelona cuando ocurrieron los hechos, que atestigua lo que este hombre hizo en Barcelona. Es un procedimiento judicial, es un documento y, sin embargo, es una ficción.

Lorenzo Manuel Silva presenta "Recordarán tu nombre" en el fórum de Fnac Málaga. Fotografía de Víctor Almazán
Lorenzo Manuel Silva presenta «Recordarán tu nombre» en el fórum de Fnac Málaga. Fotografía de Víctor Almazán

P: Este libro tiene mucha relación con Málaga

Lorenzo Silva: Aparece Málaga varias veces. Primero porque mi abuelo Lorenzo era malagueño y segundo, porque se cuenta la guerra de mi familia. Mi tía Ana estaba en Málaga y le tocó hacerse la carretera de la muerte hasta Almería y cuando mi familia volvió a Malaga después de la Guerra, que la pasaron entre Madrid y Murcia, una de las cosas que cuento es cuando mi tío Paco se levantaba por la mañana con las ametralladoras matando gente en el cementerio y cuando salía por el Monte Coronado a buscar hierba para comer. No tenían comida.

P: Te he presentado como Lorenzo Manuel Silva porque llevas los dos nombres de tus abuelos

Lorenzo Silva: Me pusieron ese código que me hace muy celoso de la memoria, tanto del uno como del otro. Mi abuelo paterno se llamaba Lorenzo y mi abuelo materno se llamaba Manuel. Mi abuelo Manuel conoció a Aranguren y mi abuelo paterno conoció a Goded. Y lo que es ya el rizo del rizo, es que yo existo gracias a Goded. Si mi abuelo no hubiera tenido de jefe a Goded, a lo mejor no le habrían convencido de no hacer lo que él iba a hacer que era emigrar a Argentina. Pero Goded le convenció de quedarse en el ejército y eso permitió que andando los años, lo destinaran al cuartel convento de La Trinidad donde conoció a mi abuela. Sino hubiera pasado, yo no habría existido. Yo le debo la vida al malo de mi película. Que tampoco es un malo, es un golpista. Es una personalidad compleja, es un hombre brillante, inteligente y que cuando pierde, sabe ser digno y sabe hacer cesar el sacrificio de su gente. Es un golpista pero tampoco es un canalla ni un indeseable.

P: No es una novela histórica

Lorenzo Silva: He querido escribir este libro de una manera excesivamente ambiciosa, incluso para alguien que no sepa quién fue Franco, entienda el libro. Llego a ese extremo. No doy nada por supuesto. Para mí, el hecho central de la historia que es que José Aranguren Roldán es el jefe de la guardia civil en Barcelona, y el 19 de julio de 1936 llega Goded que es el jefe de la sublevación y le ordena ponerse a sus órdenes, él se niega a sublevarse y queda a las órdenes de la República y de la Generalitat, pone a sus guardias civiles a las órdenes de la Generalitat y la salva derrotando al golpe en Barcelona. De ese hecho central, yo quería que la gente entendiera todo lo que hay detrás, ¿quién es ese hombre?, ¿quién es el que viene a dar el golpe?, ¿quién es el que se opone al golpe? y para eso tengo que contar la trayectoria de uno y de otro. Tengo que contar la guerra de Marruecos, el final de la guerra de Marruecos, el final de la monarquía o el principio de la República. Todo eso lo he contado como si el lector no supiera nada. Lo peor es que me he encontrado, a lo largo de estos años que he preparado esta novela, muchos lectores que no sabían nada. En Barcelona, hay escasa gente que conoce la figura de Aranguren o el papel real que jugó la guarda civil el 19 de julio.

Lorenzo Manuel SIlva durante nuestra entrevista. Fotografía de Víctor Almazán
Lorenzo Manuel SIlva durante nuestra entrevista. Fotografía de Víctor Almazán

P: Ni siquiera, muchas veces, en el sistema educativo se llega a la Guerra Civil

Lorenzo Silva: Para entender realmente a estos hombres, tienes que tener los matices de cómo se produjo la guerra de Marruecos y cómo acabó, de cómo la monarquía se fue descomponiendo, en qué condiciones se proclamó la República o cómo fracasó el gobierno de la primera República. Todo eso hay que contarlo para entender la evolución de todos estos hombres, sino no entiendes nada. Te quedas en una película de indios y vaqueros y de eso no se trata.

P: ¿El bisnieto de Aranguren ha tenido la oportunidad de leer «Recordarán tu nombre»?

Lorenzo Silva: Leyó el manuscrito. No quise publicar nada sin que lo leyera. No me ha pedido que cambie ni una coma de lo que escribí. Ha sido absolutamente respetuoso y generosísimo.

«Yo me emocioné escribiendo este libro y no me pasa muchas veces, ten en cuenta que la escritura es una cosa muy fría que lo tienes todo calculado de antemano y ya sabes lo que va a pasar, pero hay momentos en este libro en los que me he emocionado». Imagínense el grado de compromiso y buen hacer que Lorenzo Manuel Silva muestra en las palabras de «Recordarán tu nombre». Será, sin ninguna duda, el homenaje y el reconocimiento que Lorenzo Rubio Sánchez del Valle, bisnieto de Aranguren esperaba. Tenemos la inmensa suerte de poder contar en nuestro país con gente comprometida que no le gusta cerrar historias, sino contarlas para construir nuestro presente. El relato de unos hombres que pudieron hacer daño en esos años y decidieron preservar las vidas de muchas personas.

En septiembre, promete nuevo libro sin cumplir el binomio de Bevilacqua y Chamorro, así que esperaremos lo próximo de no ficción sobre una historia reciente y muy relevante y, atención, no lo ha escrito sólo. Una nueva oportunidad de profundizar en aspectos que nos ayudan a pensar y conocer más sobre muchos recorridos que entren en la casualidad o no, recordaremos sus nombres.

Si queréis escuchar la entrevista con Lorenzo Silva, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

http://www.ivoox.com/entrevista-lorenzo-silva-recordaran-tu-nombre-audios-mp3_rf_18959364_1.html?var=web376&utm_expid=113438436-40.gUPDUg6WTJSAl0nGhGrIGA.1&utm_referrer=http%3A%2F%2Fwww.ivoox.com%2FzonaPrivada_zm.html

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