Entrevista Lorenzo Silva, Roberto Álamo, Aura Garrido y Quim Gutiérrez – La niebla y la doncella – 3 Jornada Festival de Cine en Español de Málaga
LA VERDAD CONSISTENTE DE “LA NIEBLA Y LA DONCELLA”
Personalmente, se acercó una de las jornadas que más esperaba. Se estrenaba la adaptación de una de las novelas de la saga de Bevilacqua y Chamorro, creada por Lorenzo Silva, “La niebla y la doncella”. Un reto superado para los que somos lectores del escritor puesto que, sin poder ser nunca todo lo imaginado por sus muchos seguidores como lógicamente pasa en la ficción, respeta la atmósfera de la historia y mantiene ese respeto por narrar con veracidad los procesos policiales de la Guardia Civil y la Policía.
Ha sido un lujo poder contar de nuevo con las impresiones del propio Lorenzo Silva:
P: ¿Cómo te estás sintiendo en esta situación no de presentar libros, sino de presentar esta adaptación de una de tus novelas a un festival?
Lorenzo Silva: Ya habían hecho más películas y no es la primera vez que había estado en este festival, tanto participando con “El alquimista impaciente” como de jurado. Es curioso vivir un festival como jurado. El cine es un escaparate y es un espectáculo. Está bien que tenga esa dimensión.
P: ¿Como te has sentido viendo la película, no siendo el creador sino como espectador?
Lorenzo Silva: Yo, de hecho, la novela hace mucho que no la releo. Salió en el 2002 y juraría que no la he releído desde entonces y no sé si me acuerdo muy bien de la novela. Una película hay que darle la oportunidad de que funcione o no autónomamente. Hay que juzgarla primero por su consistencia como narración cinematográfica y una vez que tú haces ese análisis, pues puedes hacer el otro. Yo creo que es secundario. Si una película está bien hecha y se tiene en pié como película, hasta cierto punto es secundario que se parezca más o menos, o sea más o menos fiel, o recoja más o menos o haga más o menos justicia a la novela. Si una película autónomamente funciona, funciona. Si no funciona, te puedes preguntar si no funciona porque está mal hecha o porque es infiel a la novela. Pero si funciona, por mí ya está bien. Incluso está bien para mí como autor, aunque no fuera fiel al espíritu de la novela. En este caso, además, junto a los otros dos de adaptaciones que se han hecho, creo que el cineasta partía desde una posición de respeto por el material de partida y eso se nota. Se nota también cuando falta. A mi me ha parecido que la película funcionaba y me ha parecido respetuosa.
P: Creo que el máximo respeto que ha tenido esta película ha sido por la atmósfera y la explicación veraz de los procesos a la hora de realizar una investigación criminal
Lorenzo Silva: Se han tomado el trabajo muy en serio. Que haya hecho la película un canario, ayuda a que la mirada sea con densidad y que tenga matices. Que no se quede en el tópico del turista que va a Canarias. En esta película, hay una apuesta muy fuerte por los actores. Tú puedes contar con el proceso de trabajo de un equipo, si tienes actores que te permitan contar ese equipo. Contar las tensiones, las presiones, las angustias y los agobios que hay dentro de ese trabajo. Quizá la gran baza de la película son los actores. Tienes 5 actores en 5 papeles principales que son 5 actores de mucho peso. No es fácil tener 5 actores de tanto peso en la película.
P: De cara al estreno, ¿cómo crees que le va a ayudar el escaparate del Festival de Cine en Español de Málaga?
Lorenzo Silva: Eso dependerá de cuál sea el recorrido que tenga aquí. Yo creo que se ha ido extendiendo por ahí la noticia que este es un escaparate que le otorga valor a una película. Películas que han funcionado aquí, luego han funcionado de cara al público también. El marchamo del festival tiene credibilidad de cara al espectador español. Yo creo que es importante para la películas estar aquí y es importante el recorrido que tenga en el festival. Es un acierto del Festival haberse hecho “en español”. Tener más ambición. El Festival ha hecho muy buena labor de promoción, apoyo y respaldo del cine español que falta hacía porque la sociedad española es, a veces, un poco madrastra. Ha contrarrestado ese papel de madrasta de España respecto de su cine. Pero creo que este giro lo hace más ambicioso, sin dejar de favorecer al cine español y favoreciendo su proyección fuera.
P: ¿Por qué hay esa tendencia a pensar que los escritores no queréis nunca que se adapten vuestras historias?
Lorenzo Silva: Tenemos muy mala fama. Los que conozco, somos gente bastante normal y a favor de obra. Hay de todo, por supuesto. No todo el mundo entiende bien el lenguaje cinematográfico y, sobretodo, el proceso industrial de hacer una película. Hay un problema del literato a la hora de acercarse al cine. En literatura, tú puedes hacer lo que quieras. A mi nadie me puede decir que no tiene presupuesto. Yo estoy haciendo una novela y quiero meter ahí la flota norteamericana entera, y lo puedo hacer porque el pacto que tengo con el lector de utilizar mi imaginación y la suya, me basta. El cineasta tiene que traer barcos o hacerlos digitales y todo eso vale dinero. Por tanto, no puede hacer lo que quiera. Creo que, a veces, el literato no entiende la restricción industrial. Es decir, que tú no puedes hacer lo que quieras en el cine. El cine está condicionado por los medios porque es muy caro y vale mucho dinero. Entonces, eso limita y restringe mucho la libertad creadora del cineasta. Yo por eso les admiro porque trabajan en condiciones muy angostas. Yo trabajo a mis anchas. No me ponen ninguna pega. Sí que noté que Andrés estaba tenso y también eso es un indicio de que se toman en serio el asunto y de que respetan el trabajo de la persona, sobre cuya historia están trabajando.
P: ¿No serías cineasta de tus propias obras?
Lorenzo Silva: No porque tengo mucha más libertad como literato. Yo he hecho cosas muy raras. Si yo para hacer cosas de esas necesitara 7 millones de euros, no me los iba a dejar nadie. Si las hago, las hago yo solo.
P: ¿Qué consejos le diste al director antes de que comenzara a rodar?
Lorenzo Silva: Yo le comenté fundamentalmente dos cosas. Había aspectos de la relación entre los guardias civiles que son matices muy finos. La relación entre ellos es muy peculiar, son policías, son militares. No es lo mismo cómo se relaciona un guardia con quién lleva veinte años trabajando, que con el que acaba de conocer. Por ejemplo, un guardia al que le presenten un brigada le va a tratar de usted y le va a decir “a sus ordenes, mi brigada” porque le acaba de conocer, pero si lleva diez años trabajando con él, es posible que le tutee y que le diga cualquier cosa porque tienen confianza y porque llevan muchos años compartiendo trabajo como el policial, que acaba acercando mucho a la gente. Esos matices a veces no es fácil pescarlos para quién no lleva mucho tiempo trabajando con estos personajes. Hay detalles de procedimiento y de tratamiento que le expliqué lo que los haría más verdaderos, si los trabajara de tal manera. Y luego había en el final de la novela, que es donde le había metido algo más de novedad, había hecho una solución criminal que a mi me parecía que no era lo bastante consistente. Le dije que creía que habría espectadores que no se lo creerían, porque se daría un salto un poco audaz respecto a la trama criminal. Los criminales obran por motivos. Hay una lógica criminal. Él había hecho algo al final de la trama que, para mí, se escapaba de la lógica criminal. Se lo comenté y él lo rehizo.
P: ¿Y te gustaría seguir continuando esa labor de asesorar en este tipo de guiones?
Lorenzo Silva: Yo, por ejemplo, si he escrito cine. De hecho, ahora estoy escribiendo audiovisual. Y seguramente lo siga haciendo. Es una oportunidad para jugar a todas esas cosas. Si alguien me pregunta, me lo pide y, sobretodo, puedo ayudar a mejorar un proyecto, estaré encantado de hacerlo. Siempre y cuando tenga tiempo para hacerlo.
P: ¿Qué es lo próximo que estás preparando?
Lorenzo Silva: Acabo de terminar una novela que saldrá en mayo. Es una novela histórica que se va a llamar “Recordarán tu nombre”. Va de 1875 al 2017. El grueso de la historia sucede en los años 30 y, sobretodo, el 36. El año crucial de la historia es ese.
P: Habiendo funcionado esta adaptación y con el recuerdo de una muy buena función teatral de “La flaqueza del bolchevique”, yo quiero más
Lorenzo Silva: Yo también. A mi me parece que, no solo en mis novelas, sino que hay material en la literatura española y en la realidad para que el cine español busque buenas historias y las tenga. A mi me gustaría que se hiciera una buena película sobre la guerra de Marruecos, la guerra de Irak, la Inquisición Española, Hernán Cortés, Pizarro o el s.XIX español. A veces, uno tiene la sensación de que a la industria ésta le faltan recursos, pero es porque no le damos el cariño suficiente.
En la terna de entrevistas tenemos la ocasión, en primer lugar, de contar con el reciente ganador del Goya a Mejor Actor, Roberto Álamo. En rueda de prensa nos adelantaba que había trabajado el personaje como un ser humano honesto de la manera más profesional posible, y de nuevo lo ha conseguido. En nuestra pequeña charla, tengo oportunidad de hacer referencia a que en su oficio, él cree que hay que intentar ser poeta. Intentamos profundizar en este aspecto y otros muchos.
P: ¿Cómo has sido poeta en tu interpretación en esta película?
Roberto Álamo: No viene mal aspirar a ser como los poetas. A dejarse lo que los poetas se dejan en los poemas. En ese sentido, me gustaría reflejarme en los poetas, en el sentido que he intentado poner todo lo que soy en este personaje, como lo intento en todos. Desde ahí, construyo mi poema que es mi personaje.
P: Lo has hecho desde un personaje al que, sin justificar, se puede valorar porqué actúa de luna determinada manera
Roberto Álamo: Yo lo veo, como decía Nietzsche, humano demasiado humano. Un tipo que se preocupa por su familia y por hacer las cosas lo mejor posible para que la vida le vaya bien a él y a su familia, sin atenerse mucho a las consecuencias. En ese sentido, es lo que he tratado de hacer. Un tipo absolutamente normal preocupado por su familia y por su trabajo. Que luego tenga ese perfil de manipulador o no, eso lo tendrá que juzgar el espectador.
P: ¿Ha sido muy duro rodar en La Gomera?
Roberto Álamo: Duro más para los técnicos porque hacía mucho viento y mucho ruido del mar. Pero para los actores es un placer, en el sentido de que había un paisaje maravilloso. Estar en esos acantilados era de una belleza increíble.
P: ¿Qué te has llevado de este personaje?
Roberto Álamo: Me llevo, sobre todo, lo que en general en cine me llevo que es encarnar al personaje. Hacerlo carne, hacerlo sangre y hacerlo vida. Que un personaje esté vivo, que no parezca un actor y parezca un ser humano que le pasan cosas. Cuando insistes e incides en eso, siempre te llevas cosas y, sobretodo una que es el aprendizaje de no intentar juzgar a los otros, igual que no intentas juzgar a los personajes que hacer, intentas no juzgar a la gente y creo que eso es un valor muy positivo. Luego, por supuesto, me llevo lo que en todos los rodajes que es la inmensa alegría de conocer gente nueva y compañeros nuevos.
P: Últimamente no paras de hacer de policía
Roberto Álamo: Hace un par de semanas me entrevistó una chica y me dice: oye Roberto ¿por qué has hecho tantas veces de policía?. Y le respondo, “no tampoco son tantas” pero al mismo tiempo, me di cuenta que tenía razón. Haciendo memoria, en los últimos 5 años me he hecho 10 policías entre series y películas. Es verdad, no sé porqué.
P: ¿Tienes nuevos proyectos para cambiar de registro?
Roberto Álamo: En septiembre empiezo a rodar una película con José Luis Cuerda. Un guión maravilloso donde, desde luego, no soy policía. Soy un vendedor ambulante de limonada. Cosa que me fascina. Y luego en la película de Rodrigo Sorogoyen que empieza a rodar en junio, hago el papel de un político. En teatro he terminado “Lluvia constante” hace dos meses y terminé exhausto por primera vez en mi vida. Ahora no tengo ningún proyecto de teatro hasta que venga uno que me enamore y diga, pues sí éste lo hago.
A continuación, tacho una espinita clavada de ansiadas entrevistas con Aura Garrido. Derrocha dulzura en sus explicaciones y en su manera de tratarte. Da gusto cuando una actriz da tanta alma a sus personajes y, como ha asentado el productor Gerardo Herrero en la rueda de prensa, “nunca habrá una Chamorro como Aura Garrido”. La actriz respondió también a nuestras dudas
P: ¿Qué sutilezas tenía tu personaje?
Aura Garrido: Chamorro es un personaje muy normal. No es un personaje al que le haya pasado algo tremendamente grave, una ruptura o algo así que como actriz te puedes agarrar mucho a eso para crear un personaje. Cuando tienes un personaje que, lo excepcional es la forma que tiene para enfrentarse a su trabajo, todo es mucho más sutil. Es una persona mucho más cotidiana y mucho más normal. Entonces, casi es más complicado pero si que es más complicado encontrar ese punto exacto en el que se mueve el personaje.
P: ¿Cómo pudiste plasmar toda esa información que recibiste previamente de la UCO?
Aura Garrido: Hay una parte que, para mí, sigue siendo muy misteriosa del trabajo que hago. Por eso no la sé explicar muy bien. Lo que más me divierte de todo y lo que más me interesa de todo es el proceso de investigación con los personajes y con la historia. En este caso, tuvimos la suerte de que la UCO de Homicidios, nos abriera las puertas de sus oficinas y nos mostraran la forma que tienen de trabajar. Hablaron con nosotros, nos resolvieron dudas, vinieron al rodaje y nos enseñaron metodología. Fue realmente fascinante. Nos ayudó muchísimo ver la normalidad con la que trabajan, normalidad siendo completamente excepcionales pero precisamente porque es gente muy normal que se enfrenta a ese trabajo, cuando se podían estar enfrentando a cualquier otro que para mí eso es algo excepcional. Tuvimos esa suerte pero es verdad que, luego, de todo ese proceso de investigación a como lo incorporas y comunicas, hay algo muy misterioso de lo que no sé hablar.
P: Eso sí, en la película te quedas con más ganas de Chamorro. De que aparezca más y conozcamos más de ella
Aura Garrido: La saga de ellos dos es muy larga. En esta historia, en concreto, Chamorro no tiene tanta presencia. Hay otros personajes que tienen más presencia en la historia que está ocurriendo
P: ¿Cómo está yendo el rodaje de la tercera temporada de “El Ministerio del Tiempo”?
Aura Garrido: Vamos por la mitad, más o menos, de rodaje. No sé para cuando se va a estrenar, espero que pronto. Va a ser una temporada muy movida y con muchas sorpresas. Va a haber actores y personajes históricos muy bonitos y muy fascinantes.
P: Estrenarás “La piel fría” en otoño
Aura Garrido: Es una película de ciencia ficción que está basada en un libro de Sánchez Piñol, y mi personaje no tiene nada que ver con nada más que haya podido hacer nunca. Ha sido una aventura increíble porque es un trabajo completamente físico. No hablo, no hay un centímetro de piel que sea mío, llevo lentillas, dientes y llevo prostéticos por todo el cuerpo.
Y finalizamos con Quim Gutiérrez. El actor se lleva la papeleta más controvertida con el gran peso que tiene Bevilacqua en esta historia y que, interpreta a uno de los personajes más reconocidos en la literatura española contemporánea. El intérprete ha optado por construir todo desde cero por el respeto, precisamente, a los lectores. Soy especialmente fan de su manera pausada pero muy concreta de ver la vida. Después de esta charla, entiendo porqué encuentro tanta verdad en lo que hace.
P: A la hora de preparar el personaje, ¿te parecía atractivo el arco que tiene Bevilacqua?
Quim Gutiérrez: De alguna forma, la propia peripecia que vive allí hace nudos con la trama y evoluciona de manera paralela. Es un tío bastante asexual porque no tiene relaciones afectivas satisfactorias, después del divorcio con su mujer es el tío clásico de casi 40 absolutamente entregado a su trabajo. Eso le reporta suficiente motivación y satisfacciones en la vida, como para olvidar otros temas que no le son tan sencillos. Cuando conoce a Anglada, le despierta una pulsión sexual que hacía tiempo que no vivía y decide jugarla un poco, y esa pulsión le modifica la percepción. Es un tío que está acostumbrado a pensar con bastante claridad, evitando las emociones y siendo empático cuando toca, pero manteniendo la sangre fría. Evidentemente, cuando tienes un calentón pierdes un poco esa precisión mental. Entonces creo que en muchos momentos duda de si esto que le está pasando, le favorece o le va a la contra en la investigación. Es cierto que es un personaje que, hasta determinado punto, mantiene la calma.
P: ¿Cómo ha ayudado también la propia isla de La Gomera como personaje y su atmósfera?
Quim Gutierrez: Es muy cinematográfica, por un lado, y yo como mediterráneo en las Canarias, me parece hostil de entrada. El mar Atlántico no tiene que ver con el Mediterráneo. Arena blanca frente a arena negra. Es un paisaje abrupto. A mi me flipa y me parece bellísimo pero es cierto que es duro. Yo iba a correr y había momentos de un cierto vértigo porque había un acantilado, una playa abajo y no había nadie. La playa, aparentemente, paradisíaca pero el turquesa, de repente evolucionaba a azul oscuro y te imaginabas que eso era los abismos dentro del agua, las nubes al fondo, los riscos y tu corriendo ahí solo. De repente, viento huracanado o lagartijas grandes, es una sensación de vértigo romántico y de naturaleza imponente. Todas estas sensaciones yo las utilizaba para el personaje. Hay algo de la incomprensión del entorno que funciona, no sólo en la geografía sino también en la gente. El silencio denso de las sociedades endogámicas donde todo el mundo es tío o primo de alguien, y hay formaciones que son tabú y no se pueden contar, que creo que eso también influye mucho en los personajes.
P: ¿Estás preparado para el lector quisquilloso que pueda decir que tú no eres su Bevilacqua?
Quim Gutiérrez: No le voy a hacer mucho caso. Ni yo soy mi Bevilacqua en el caso de haberla leído. A mí el trabajo que me gusta es el de antes. Para mi el trabajo básico es el de preparar la película y rodarla luego. Si va bien, maravilloso. Hay que vender muy bien la película pero luego no hay nada que pueda hacer. Hemos entrado en un bucle peligrosísimo en el cual hemos perdido el criterio sobre lo que es noticiable o no. No es que lo hayamos perdido, es que se ha diluido. El hecho de que algo aparezca en las redes con frecuencia, le da crédito por si mismo. La clave ya no está en el aprendizaje o la adquisición de contenidos, sino en herramientas para seleccionar adecuadamente los contenidos. La cantidad de información que hay es tan brutal que creo que las herramientas, verdaderamente útiles, son aquellas que te orientan hacia aquello que tú quieres leer. No hacía simplemente el acumular contenidos y es lo que me parece más difícil. Yo he decidido mediante un término que he acuñado que se llama la ignorancia selectiva, que básicamente significa silenciar una gran cantidad de información y buscar la información que yo quiero. Twitter me parece un arma del diablo. Nos parecía muy divertida al principio pero enseguida cualquier noticia, sea verdad o no, se hace viral. Lo único que te queda es utilizar las redes a tu favor, utilizar tus redes para escribir tu versión de la verdad. Jamás tu negación de la verdad de otros. Entrar en conflicto en las redes es el peor de los remedios. Por desgracia, la única fórmula que yo encuentro es el permanecer ajeno y decidir cuando intervienes y cuando no, pero de manera muy controlada. Yo, por desgracia para el mundo periodístico en general, cada vez cuento menos. Y cada vez tengo menos ganas de contar porque cada vez tiene menos importancia lo que tú dices. Cada vez lo limito más a este tipo de conversaciones, con alguien que está dispuesto a escuchar y me trata con respeto, ahí encantado de hablar.
P: ¿Cuales son tus próximos proyectos?
Quim Gutiérrez: Estoy rodando una serie con Inma Cuesta que se llama “El accidente” para Telecinco que creo que se estrena para otoño. Me cuesta estar vinculados a proyectos mucho tiempo, soy de periodos muy intensos de creatividad y cierro. Yo no sé si sería capaz para permanecer tanto tiempo enganchado a una historia. Los tiempos de las películas son bastante ideales.
P: De teatro ni te nombro la posibilidad
Quim Gutiérrez: Me lo paso muy bien el primer mes y medio. A partir de ahí, quiero cambiar la función y no se puede.
Se dieron los condicionantes y “La niebla y la doncella” se hizo realidad. Un rodaje complicado por las condiciones climatológicas pero que, al final, ha surgido un verdadero paraíso para rodar. El elenco artístico es de ensueño y simplemente por cómo transmiten su labor, se traspasa inmediatamente a las caracterizaciones que han hecho tan verdaderas de sus personajes. Se dejaran llevar por la historia, harán sus suposiciones y las piezas finalmente encajaran. Y, encima, se respeta la esencia del autor. Una de las grandes favoritas, sin duda.
Si queréis escuchar la entrevista con Lorenzo Silva, sólo tenéis que pinchar en este enlace:
Si queréis escuchar la entrevista con Roberto Álamo, sólo tenéis que pinchar en este enlace:
Si queréis escuchar la entrevista con Aura Garrido, sólo tenéis que pinchar en este enlace:
Si queréis escuchar la entrevista con Quim Gutiérrez, sólo tenéis que pinchar en este enlace:
Deja un comentario