SER O NO SER, HE AQUÍ LA CUESTIÓN

El haber podido entrevistar previamente a Sergio Peris-Mencheta me hizo sentir que su propósito a la hora de montar esta locura teatral, era completamente cierto. El espectador no puede estar cómodo en la hora y media que dura el montaje de «¿Quién es el señor Schmitt?» por las constantes preguntas pero a la vez, la continua proporción de datos nuevos e información que nos llega para desconcertarnos aún más, o para sacar nuestras propias conclusiones al final de la función.

Yo estaba completamente identificada con el personaje de Javier Gutiérrez, al que doy gracias al teatro por regalarme un personaje tan complicado de ponértelo en tu propio pellejo, y que él lleva como un guante y fui viajando con su desesperación y falta de entendimiento en esta casa tan llamativa, llena de detalles, donde no paran de sucederse acontecimientos y sorpresas. Es un absoluto placer deleitarse en esta obra, aunque en cada instante me quedaba aún más perpleja de lo que va sucediendo en escena.

No les puedo contar nada, ni siquiera de la sinopsis. El verdadero mérito de ¿Quién es el señor Schmitt? es ese debate posterior necesario en el que cada uno llega a su propia lógica, y no hay una idea que sea mejor que la otra, es propiamente lo que el espectador recibe y quiere entender de todo lo que ha contemplado.

El meritazo es arriesgarse con este proyecto tan diferente, y que resulta meramente atractivo por lo disparatado y cómo cada emoción va siendo diferente en cada acto, y que si en algún momento se piensa no se puede llegar a más, se está completamente equivocado porque se puede, y mucho.

No quito mérito al resto de actores con Cristina Castaño, Xabier Murua, Quique Fernández y Armando Buika, donde muchas de sus escenas son apoteósicas, pero el génesis de lo que va ocurriendo con el rol de Javier Gutiérrez hasta el final es de un disfrute cultural de alta calidad. Sin ellos no podría llegar a ese propósito, pero él es quién permite que podamos ir conociendo las diferentes caras de estos perfiles y quién nos hace llevar por todo el abanico de sensaciones que provoca hacia el público.

¿Y tú, a qué esperas para saber quién es el señor Schmitt?. Si pasa por tu ciudad, no te olvides hacerle una visita, la recompensa no decepciona.

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