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¿A quién le puede interesar una película sobre un hombre bueno? A quienes creíamos que no existían.

Fernando Trueba, con guión de David Trueba, ha logrado que vuelva a tener confianza en la humanidad repasando la vida del médico colombiano, Héctor Abad Gómez, carismático líder social y hombre de familia. Un destacado activista por los derechos humanos en el Medellín  de los años 70.

Y lo hacen en un metraje de dos horas y media que te resulta completamente adictivo y en el que el tiempo pasa volado como un sueño. El genial guión de David Trueba lo logra porque entendemos esta figura tan importante a raíz de cómo actúa con su familia, qué opinan sus hijos de él, cómo le advierten sus amistades del peligro que puede correr y cómo no hay duda alguna en la intención que este ejemplo de vida y a quién debemos admirar por encima de todo, en sus ideas y en poder defenderlas para luchar por los que más le necesitan: su comunidad.

Mi mirada ante Javier Cámara empezó a fijarse en algo tan simple como que si era capaz de que no estuviera pendiente de un acento colombiano que no es evidentemente su lengua nativa. Estaba equivocada en comenzar a dar esta importancia. En el momento que le ves actuar, adoptar la gestualidad, mostrar ese afecto y ponerse en el pellejo de Héctor, no hay miramientos ni otras nimiedades que cobren protagonismo. Javier hace un trabajo de lujo porque honra la memoria de este referente para su pueblo, preocupado por la salud y la educación pública, y los temas que verdaderamente son los que deberían valorar los ciudadanos. Creo que su actuación es tan real porque ha creído en su causa, y porque ha podido darse cuenta que hombres como él son los que echamos en falta en estos tiempos tan convulsos donde el odio y la rabia pesan más que dedicar tiempo a leer o a informarse de lo que sucede en el mundo.

Tráiler «El olvido que seremos»

En toda película de Fernando Trueba que se precie la música es un personaje más, y en «El olvido que seremos» ocurre igualmente. Convierte las atmósferas de color y de blanco y negro, en las apropiadas para proporcionar las emociones que va precisando la película. Música más que reconocible que marca esa época de abrir la mente y empezar a cobrar interés por ese estilo hippie de libertad que va cobrando más espacio en muchas personas, que encuentran en esas canciones las letras que trasladan sus pensamiento o tener más conocimientos sobre asuntos que iban teniendo más actualidad.

El film cobra el título del libro que escribió Héctor Abad Faciolince, hijo de Héctor Abad Gómez y destaca las partes más relevantes de su relato. Para poder pensar y analizar la historia, hay que conocer el pasado y especialmente de hombres como él, que no sucumbieron a huir y no implicarse en las libertades que el poder y la violencia iban usurpando a toda la población. Sin personas como él, la historia la escribiríamos desde el rencor y con la mentalidad equivocada, y eso en estos tiempos que parecen que vuelven a no dejar escuchar a personas buenas, no solamente no debemos permitir que suceda si no que hay que alzar más la voz por ellos.

 

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